Claudia Sheinbaum: la científica que se convirtió en presidenta
En un país que históricamente le dio la espalda a las mujeres en el poder, Claudia Sheinbaum hizo historia. No con promesas vacías ni discursos de ocasión: con datos, con hechos y, sobre todo, con coherencia.
Hija de científicos, criada entre libros, microscopios y debates familiares, Claudia no soñaba con ser presidenta. Soñaba con entender el mundo para transformarlo. Estudió física en la UNAM, se doctoró en energía y medio ambiente, y fue parte del grupo de expertos que redactó reportes clave del IPCC, el panel que luego ganaría el Nobel de la Paz en 2007.
Pero la política la llamó. Primero como secretaria de Medio Ambiente en el gobierno de AMLO en la Ciudad de México, luego como jefa delegacional en Tlalpan y, más tarde, como jefa de Gobierno de la CDMX. No llegó con slogans, llegó con hojas de Excel. Su estilo: sobrio, técnico, con un enfoque que algunos llamaron frío… pero que funcionó.
Y en 2024, se convirtió en la primera mujer en gobernar México. No fue casualidad. Fue ciencia, lucha social y una brújula ideológica bien calibrada. Una presidenta que no grita, pero actúa. Que no improvisa, pero transforma.